El primitivo escudo de Entrena
Los entreneros de cierta edad quizá recuerden el primitivo escudo de la Villa presidiendo la fachada del antiguo Ayuntamiento allá por los años 50 y 60 del siglo pasado. Si lo rememoran bien, presentaba en su centro una fortaleza almenada provista de tres torres, más destacada la central que las dos laterales, y circundándola en forma de orla, cuatro rústicas calderas, distribuidas dos a dos a cada lado.
El castillo representaba la antigua atalaya que desde acaso el s. XI, si no antes, dominó el territorio desde lo alto del monte Conjuro donde se apostaba una guardia militar. Las cuatro rústicas calderas, por su parte, eran el símbolo evocador de que aquí hubo también durante siglos, desde la Baja Edad Media, una hospedería y un hospital donde viajeros y peregrinos a Santiago podían acogerse o ser atendidos en sus aflicciones, como la historia nos recuerda por una antigua y admirable cofradía local. Y es que Entrena constituyó paso “oficial” desde siempre en la ruta compostelana, quedando en la memoria de las gentes el microtopónimo Pasada de los peregrinos que bordea el Cerro de Santa Ana y donde, por cierto, aún son bien visibles fragmentos intactos de una primitiva calzada romana.
En los años 70 se llevó a cabo una remodelación del edificio quedando arrumbado el viejo escudo de piedra del s. XVII en un rincón de la casa, primero, y, tiempo después, su pista se perdió. Pasaron los años y, en fechas recientes, se levantó de nueva planta la actual Casa Consistorial apareciendo ahora en su fachada un nuevo escudo de la Villa sin el aporte de las humildes calderas que tanto singularizó al municipio. Ojalá que algún día pueda restituirse ese olvido antes que sea de nuevo el tiempo quien todo lo devore.
Significado del apellido Barriobero y su escudo
Uno de los apellidos más singulares de nuestro pueblo y sin duda el más característico, junto con el propio de la localidad, es el apellido Barriobero -o Barriovero-. El apellido Barriovero (debiéramos escribir, mejor, con grafía v la segunda bilabial, si atendemos a su etimología) procede de Barrio de Vero -del latino Varius, nombre del propietario del lugar, en época tardorromana-, aldea riojana hoy despoblada perteneciente a la villa de Entrena, cuyos restos aún se observan cerca del municipio, junto a la ermita de Santa Ana. Estuvo habitada hasta el s. XIV, cuando menos, momento en que sus últimos moradores prefirieron acogerse al recinto amurallado de Entrena y protegerse aquí.
Recuerdo de todo ella queda también el microtopónimo Baviero (literalmente, Vía de Vero) y la denominación Nuestra Señora de los Ángeles de Viavero, título de la iglesia del antiguo convento de las monjas clarisas, precisamente en el camino de salida del pueblo hacia el antiguo poblado. Es, por tanto, un apellido muy localizado en su origen y muy vivo aún hoy, como sabemos, que ha ido dejando a lo largo del tiempo nombres tan ilustres como Hernando de Barriobero (Rector de la Universidad Complutense de Madrid y Obispo de Nicaragua), Eduardo Barriobero y Herrán (Diputado en Cortes y escritor), y Juan Barriobero y Armas (Barón de Río Tobía), todos ellos hijos de Entrena.
Anexo a estas líneas aparece el tradicionalmente conocido como “Escudo de los Barriobero”, el mismo que, como tal, adoptó Juan Barriobero y Armas, cuando en 1918 fue nombrado Barón de Río Tovía por el rey Alfonso XIII en agradecimiento a los servicios prestados a la corona. El título nobiliario y el escudo siguen ostentándolos hoy sus descendientes. Como es sabido de todos, este escudo preside, en la actualidad, la fachada del Hogar de Jubilado, en la Calle Mayor de Entrena, pero su ubicación original estuvo, hasta fechas recientes, al frente de una vivienda cercana, la casa nº 14 de la misma Calle Mayor, demolida junto a otras contiguas para construir el citado Hogar. Es una obra del s. XVII, bastante bien conservada, cuartelada en cruz, con castillo, trece estrellas y dos lunas crecientes, lobo atado a un árbol y águila explayada con bordura de flores de lis; rodean a ambos lados del escudo trece simbólicas banderas.
La iconografía de este escudo perteneciente a un miembro de la nobleza de Entrena nos señala que era caballero perteneciente al Solar de Valdeosera (los dos cuarteles superiores más el primero inferior de la izquierda, junto con las trece banderas circundantes, son símbolos inconfundibles todos ellos de ese Solar); el cuarto cuartel (el inferior derecho) es el sello personal del portador del escudo, es decir, el blasón personal de ese caballero anónimo de apellido Barriobero que ordenó fabricar la obra para colocarla al frente de su casa, allá por el s. XVII.
Pero nos enseña algo más: Si observamos con atención la fachada de la casona hidalga del s. XVI que domina la Plaza del Coso vemos que presenta dos escudos, el superior de los cuales (labrado hacia 1590) muestra como único emblema una águila explayada entre flores de lis, es decir, el mismo blasón que hemos contemplado en la Calle Mayor. Eso significa que ambos escudos pertenecieron a miembros de la misma familia de los Barriobero.
Del dueño del primero nada sabemos al margen, claro está, de su apellido y de su pertenencia al Solar de Valdeosera. Del propietario de la casona del Coso decir que acaso fuera un descendiente directo de D. Pedro de Barriovero, miembro de la nobleza local y padre de Hernando de Barriovero (eminente Teólogo, Rector de la Universidad Complutense y Canónigo Magistral de la Catedral de Toledo); porque hacia 1750 esta casa pertenecía con seguridad a otro Barriobero, de su misma familia quizá y de idéntico nombre, D. Pedro Barriobero, según nos confirma el Catastro del Marqués de la Ensenada.